lunes, 18 de abril de 2016

Operaciones de decepción

-A +A
Una organización comienza realmente
a aprender cuando sus asunciones favoritas
son cuestionadas por otras contrarias.
Las asunciones que apuntalan políticas y
procedimientos ya existentes deben por tanto
salir a la luz, y se han de poner encima de la
mesa otras alternativas basadas en asunciones
contrarias
Ian I. Mitroff y Richard O. Mason

Fomentar conciencia ciudadana sobre las cuestiones relacionadas a los servicios de inteligencia es en estos tiempos de mucha importancia, no solo para tomar entendimiento de las potenciales amenazas si un país se convierte en objetivo de intereses antagónicos, sino también para valorar su faceta positiva a través de adquirir un nivel de comprensión sobre la necesidad, función y finalidad de un servicio de inteligencia en beneficio del desarrollo y la seguridad y como aporte al Buen Vivir.

Sin embargo, el ciudadano común aun no comprende en toda su dimensión todas las implicaciones negativas que potenciales servicios de inteligencia hostiles pueden provocar al normal desarrollo del orden democrático de un país. Es decir, la seguridad nacional tiene que ver con la protección del orden constitucional vigente otorgado por los ciudadanos en sendos procesos electorales. Parece elemental concluir, que las evidencias nos muestran que únicamente los gobiernos caracterizados como “progresistas” en Nuestra América han sufrido perseverantes y metódicas operaciones de desestabilización política. Por otro lado, la seguridad nacional también tiene que ver con la protección de las empresas de relevancia estratégica y en general con el cuidado de la competitividad económica de un país.

La estrategia e inteligencia militar eran y son herramientas vitales para un general, un estratega no puede enfrentar a un enemigo, sin un plan razonado (estrategia) y sin información procesada (inteligencia). Estos conceptos se enriquecieron a lo largo del desarrollo histórico de la civilización, y se expandieron y volvieron de uso común especialmente en la segunda mitad del siglo XX hasta convertirse en conocimientos de imprescindible utilización en todas las áreas de la vida y sociedad humana: economía, política, campos policial, empresarial, financiero, etcétera. La combinación de estrategia e inteligencia nos da la inteligencia estratégica, que como todos los autores especialistas en la materia lo dicen, permite reducir la incertidumbre en la toma de decisiones de alto impacto. El razonamiento estratégico es una herramienta vital, porque además permite generar anticipación y prevención estratégica.


Con la intención de aportar a esa cultura de inteligencia (1) , entiendo esta noción como la necesidad de que los ciudadanos conozcan cómo un servicio de inteligencia aporta a la seguridad interna y externa de la nación, queremos exponer rápidamente en qué consisten las operaciones de decepción, ya que la coyuntura nacional y regional lo amerita.
- See more at: http://www.alainet.org/es/articulo/176836#sthash.5M7L8tKk.dpuf


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Las asunciones que apuntalan políticas y
procedimientos ya existentes deben por tanto
salir a la luz, y se han de poner encima de la
mesa otras alternativas basadas en asunciones
contrarias
Ian I. Mitroff y Richard O. Mason

Mario Ramos 
16/abril/2016


Fomentar conciencia ciudadana sobre las cuestiones relacionadas a los servicios de inteligencia es en estos tiempos de mucha importancia, no solo para tomar entendimiento de las potenciales amenazas si un país se convierte en objetivo de intereses antagónicos, sino también para valorar su faceta positiva a través de adquirir un nivel de comprensión sobre la necesidad, función y finalidad de un servicio de inteligencia en beneficio del desarrollo y la seguridad y como aporte al Buen Vivir.

Sin embargo, el ciudadano común aun no comprende en toda su dimensión todas las implicaciones negativas que potenciales servicios de inteligencia hostiles pueden provocar al normal desarrollo del orden democrático de un país. Es decir, la seguridad nacional tiene que ver con la protección del orden constitucional vigente otorgado por los ciudadanos en sendos procesos electorales. Parece elemental concluir, que las evidencias nos muestran que únicamente los gobiernos caracterizados como “progresistas” en Nuestra América han sufrido perseverantes y metódicas operaciones de desestabilización política. Por otro lado, la seguridad nacional también tiene que ver con la protección de las empresas de relevancia estratégica y en general con el cuidado de la competitividad económica de un país. 

La estrategia e inteligencia militar eran y son herramientas vitales para un general, un estratega no puede enfrentar a un enemigo, sin un plan razonado (estrategia) y sin información procesada (inteligencia). Estos conceptos se enriquecieron a lo largo del desarrollo histórico de la civilización, y se expandieron y volvieron de uso común especialmente en la segunda mitad del siglo XX hasta convertirse en conocimientos de imprescindible utilización en todas las áreas de la vida y sociedad humana: economía, política, campos policial, empresarial, financiero, etcétera. La combinación de estrategia e inteligencia nos da la inteligencia estratégica, que como todos los autores especialistas en la materia lo dicen, permite reducir la incertidumbre en la toma de decisiones de alto impacto. El razonamiento estratégico es una herramienta vital, porque además permite generar anticipación y prevención estratégica.

Con la intención de aportar a esa cultura de inteligencia, entiendo esta noción como la necesidad de que los ciudadanos conozcan cómo un servicio de inteligencia aporta a la seguridad interna y externa de la nación, queremos exponer rápidamente en qué consisten las operaciones de decepción, ya que la coyuntura nacional y regional lo amerita.


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son cuestionadas por otras contrarias.
Las asunciones que apuntalan políticas y
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contrarias
Ian I. Mitroff y Richard O. Mason

Fomentar conciencia ciudadana sobre las cuestiones relacionadas a los servicios de inteligencia es en estos tiempos de mucha importancia, no solo para tomar entendimiento de las potenciales amenazas si un país se convierte en objetivo de intereses antagónicos, sino también para valorar su faceta positiva a través de adquirir un nivel de comprensión sobre la necesidad, función y finalidad de un servicio de inteligencia en beneficio del desarrollo y la seguridad y como aporte al Buen Vivir.

Sin embargo, el ciudadano común aun no comprende en toda su dimensión todas las implicaciones negativas que potenciales servicios de inteligencia hostiles pueden provocar al normal desarrollo del orden democrático de un país. Es decir, la seguridad nacional tiene que ver con la protección del orden constitucional vigente otorgado por los ciudadanos en sendos procesos electorales. Parece elemental concluir, que las evidencias nos muestran que únicamente los gobiernos caracterizados como “progresistas” en Nuestra América han sufrido perseverantes y metódicas operaciones de desestabilización política. Por otro lado, la seguridad nacional también tiene que ver con la protección de las empresas de relevancia estratégica y en general con el cuidado de la competitividad económica de un país.

La estrategia e inteligencia militar eran y son herramientas vitales para un general, un estratega no puede enfrentar a un enemigo, sin un plan razonado (estrategia) y sin información procesada (inteligencia). Estos conceptos se enriquecieron a lo largo del desarrollo histórico de la civilización, y se expandieron y volvieron de uso común especialmente en la segunda mitad del siglo XX hasta convertirse en conocimientos de imprescindible utilización en todas las áreas de la vida y sociedad humana: economía, política, campos policial, empresarial, financiero, etcétera. La combinación de estrategia e inteligencia nos da la inteligencia estratégica, que como todos los autores especialistas en la materia lo dicen, permite reducir la incertidumbre en la toma de decisiones de alto impacto. El razonamiento estratégico es una herramienta vital, porque además permite generar anticipación y prevención estratégica.


Con la intención de aportar a esa cultura de inteligencia (1) , entiendo esta noción como la necesidad de que los ciudadanos conozcan cómo un servicio de inteligencia aporta a la seguridad interna y externa de la nación, queremos exponer rápidamente en qué consisten las operaciones de decepción, ya que la coyuntura nacional y regional lo amerita.
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Ian I. Mitroff y Richard O. Mason

Fomentar conciencia ciudadana sobre las cuestiones relacionadas a los servicios de inteligencia es en estos tiempos de mucha importancia, no solo para tomar entendimiento de las potenciales amenazas si un país se convierte en objetivo de intereses antagónicos, sino también para valorar su faceta positiva a través de adquirir un nivel de comprensión sobre la necesidad, función y finalidad de un servicio de inteligencia en beneficio del desarrollo y la seguridad y como aporte al Buen Vivir.

Sin embargo, el ciudadano común aun no comprende en toda su dimensión todas las implicaciones negativas que potenciales servicios de inteligencia hostiles pueden provocar al normal desarrollo del orden democrático de un país. Es decir, la seguridad nacional tiene que ver con la protección del orden constitucional vigente otorgado por los ciudadanos en sendos procesos electorales. Parece elemental concluir, que las evidencias nos muestran que únicamente los gobiernos caracterizados como “progresistas” en Nuestra América han sufrido perseverantes y metódicas operaciones de desestabilización política. Por otro lado, la seguridad nacional también tiene que ver con la protección de las empresas de relevancia estratégica y en general con el cuidado de la competitividad económica de un país.

La estrategia e inteligencia militar eran y son herramientas vitales para un general, un estratega no puede enfrentar a un enemigo, sin un plan razonado (estrategia) y sin información procesada (inteligencia). Estos conceptos se enriquecieron a lo largo del desarrollo histórico de la civilización, y se expandieron y volvieron de uso común especialmente en la segunda mitad del siglo XX hasta convertirse en conocimientos de imprescindible utilización en todas las áreas de la vida y sociedad humana: economía, política, campos policial, empresarial, financiero, etcétera. La combinación de estrategia e inteligencia nos da la inteligencia estratégica, que como todos los autores especialistas en la materia lo dicen, permite reducir la incertidumbre en la toma de decisiones de alto impacto. El razonamiento estratégico es una herramienta vital, porque además permite generar anticipación y prevención estratégica.


Con la intención de aportar a esa cultura de inteligencia (1) , entiendo esta noción como la necesidad de que los ciudadanos conozcan cómo un servicio de inteligencia aporta a la seguridad interna y externa de la nación, queremos exponer rápidamente en qué consisten las operaciones de decepción, ya que la coyuntura nacional y regional lo amerita.
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Fomentar conciencia ciudadana sobre las cuestiones relacionadas a los servicios de inteligencia es en estos tiempos de mucha importancia, no solo para tomar entendimiento de las potenciales amenazas si un país se convierte en objetivo de intereses antagónicos, sino también para valorar su faceta positiva a través de adquirir un nivel de comprensión sobre la necesidad, función y finalidad de un servicio de inteligencia en beneficio del desarrollo y la seguridad y como aporte al Buen Vivir.

Sin embargo, el ciudadano común aun no comprende en toda su dimensión todas las implicaciones negativas que potenciales servicios de inteligencia hostiles pueden provocar al normal desarrollo del orden democrático de un país. Es decir, la seguridad nacional tiene que ver con la protección del orden constitucional vigente otorgado por los ciudadanos en sendos procesos electorales. Parece elemental concluir, que las evidencias nos muestran que únicamente los gobiernos caracterizados como “progresistas” en Nuestra América han sufrido perseverantes y metódicas operaciones de desestabilización política. Por otro lado, la seguridad nacional también tiene que ver con la protección de las empresas de relevancia estratégica y en general con el cuidado de la competitividad económica de un país.

La estrategia e inteligencia militar eran y son herramientas vitales para un general, un estratega no puede enfrentar a un enemigo, sin un plan razonado (estrategia) y sin información procesada (inteligencia). Estos conceptos se enriquecieron a lo largo del desarrollo histórico de la civilización, y se expandieron y volvieron de uso común especialmente en la segunda mitad del siglo XX hasta convertirse en conocimientos de imprescindible utilización en todas las áreas de la vida y sociedad humana: economía, política, campos policial, empresarial, financiero, etcétera. La combinación de estrategia e inteligencia nos da la inteligencia estratégica, que como todos los autores especialistas en la materia lo dicen, permite reducir la incertidumbre en la toma de decisiones de alto impacto. El razonamiento estratégico es una herramienta vital, porque además permite generar anticipación y prevención estratégica.


Con la intención de aportar a esa cultura de inteligencia (1) , entiendo esta noción como la necesidad de que los ciudadanos conozcan cómo un servicio de inteligencia aporta a la seguridad interna y externa de la nación, queremos exponer rápidamente en qué consisten las operaciones de decepción, ya que la coyuntura nacional y regional lo amerita.
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son cuestionadas por otras contrarias.
Las asunciones que apuntalan políticas y
procedimientos ya existentes deben por tanto
salir a la luz, y se han de poner encima de la
mesa otras alternativas basadas en asunciones
contrarias
Ian I. Mitroff y Richard O. Mason

Fomentar conciencia ciudadana sobre las cuestiones relacionadas a los servicios de inteligencia es en estos tiempos de mucha importancia, no solo para tomar entendimiento de las potenciales amenazas si un país se convierte en objetivo de intereses antagónicos, sino también para valorar su faceta positiva a través de adquirir un nivel de comprensión sobre la necesidad, función y finalidad de un servicio de inteligencia en beneficio del desarrollo y la seguridad y como aporte al Buen Vivir.

Sin embargo, el ciudadano común aun no comprende en toda su dimensión todas las implicaciones negativas que potenciales servicios de inteligencia hostiles pueden provocar al normal desarrollo del orden democrático de un país. Es decir, la seguridad nacional tiene que ver con la protección del orden constitucional vigente otorgado por los ciudadanos en sendos procesos electorales. Parece elemental concluir, que las evidencias nos muestran que únicamente los gobiernos caracterizados como “progresistas” en Nuestra América han sufrido perseverantes y metódicas operaciones de desestabilización política. Por otro lado, la seguridad nacional también tiene que ver con la protección de las empresas de relevancia estratégica y en general con el cuidado de la competitividad económica de un país.

La estrategia e inteligencia militar eran y son herramientas vitales para un general, un estratega no puede enfrentar a un enemigo, sin un plan razonado (estrategia) y sin información procesada (inteligencia). Estos conceptos se enriquecieron a lo largo del desarrollo histórico de la civilización, y se expandieron y volvieron de uso común especialmente en la segunda mitad del siglo XX hasta convertirse en conocimientos de imprescindible utilización en todas las áreas de la vida y sociedad humana: economía, política, campos policial, empresarial, financiero, etcétera. La combinación de estrategia e inteligencia nos da la inteligencia estratégica, que como todos los autores especialistas en la materia lo dicen, permite reducir la incertidumbre en la toma de decisiones de alto impacto. El razonamiento estratégico es una herramienta vital, porque además permite generar anticipación y prevención estratégica.


Con la intención de aportar a esa cultura de inteligencia (1) , entiendo esta noción como la necesidad de que los ciudadanos conozcan cómo un servicio de inteligencia aporta a la seguridad interna y externa de la nación, queremos exponer rápidamente en qué consisten las operaciones de decepción, ya que la coyuntura nacional y regional lo amerita.
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martes, 5 de abril de 2016

El Foro de Sao Paulo y la destrucción de las FF.AA

Mario Ramos
2/abril/2016

Nos ha llamado la atención, por lo pintoresco, la aparición de un Frente de Defensa de las FF.AA, del cual el coronel Fausto Cobo se presenta como su coordinador nacional y a quien junto a otros oficiales transformados en políticos de oposición, se les escucha a menudo decir que el gobierno del presidente Rafael Correa busca destruir las FF.AA ecuatorianas.

En días pasados escuchamos al mencionado oficial en varios medios “argumentando” sobre ese supuesto objetivo que se plantea el gobierno nacional. El coronel Cobo hizo mención de un plan que habría forjado el Foro de Sao Paulo (FSP), esta aseveración nos pareció sorprendente ya que nunca habíamos escuchado de semejante plan, y nos pusimos a investigar. Encontramos un libro que se titula: “El plan del Foro Sao Paulo para destruir las Fuerzas Armadas”.

Efectivamente en ese libro -auspiciado por una ONG que se hace llamar Unión de Organizaciones Democráticas de América – UnoAmérica, publicado en sept./2009 -es decir, el FSP nunca ha planteado lo aseverado por Cobo-, encontramos párrafos como los siguientes:

Las Fuerzas Armadas latinoamericanas son objeto de un ataque sin precedentes. La ofensiva se realiza en todas las naciones (…) para lograr un mismo fin: la destrucción definitiva de las instituciones armadas.
En Bolivia, Ecuador y Venezuela, las transforman, cambiándoles la identidad, sustituyendo la doctrina tradicional por nuevos conceptos emanados del Socialismo del Siglo XXI. (..) El objetivo final es convertir a estas Fuerzas Armadas en guardias pretorianas al servicio de los regímenes socialistas.
En Argentina, Chile y Uruguay, enjuician a los militares que combatieron la subversión armada, (…). En la mayoría de los casos, se trata de juicios políticos, precedidos de una propaganda feroz, donde no se presentan pruebas, ni argumentos válidos.
La Teoría de los “falsos positivos”, inventada por la izquierda, está haciendo estragos en Colombia, al convertir a muchos terroristas y narcotraficantes, en supuestas “víctimas” del sector castrense.

A los autores del libro les parece invento los miles de falsos positivos que la misma justicia colombiana, que dudosamente puede ser calificada de izquierda, está procesando. Les parece invento los más de 30.000 desaparecidos en Argentina y la destrucción de su industria militar provocada por los gobiernos neoliberales, aspecto que se menciona en el libro pero que encubre sus verdaderas causas. En fin, es muy fácil desmontar todos los supuestos argumentos expuestos en ese libro, que coinciden en atacar a los gobiernos progresistas de Nuestra América. Es tan elemental el nivel de “análisis” que se llega a acusar al FSP de ser una mafia criminal que sirve “a los imperios transversales del terrorismo, narcotráfico y tráfico de armas”.

El coronel Cobo en su particular “sistematización” suponemos de ese libro, señaló lo siguiente

las FF.AA ecuatorianas y latinoamericanas en general son un obstáculo para este tipo de gobiernos llamados progresistas, llamados pseudo revolucionarios, llamados del socialismo del siglo XXI, entonces los lineamientos son claros, yo me sé de memoria (…); primero cambiar el rol de las FF.AA desnaturalizando su concepto, su origen, (...); segundo lineamiento, hay que crear un estado de conmoción interna, de conflicto interno, con la lucha de clases y todo este demagógico discurso en el interior de las FF.AA y ahora vemos como el discurso del presidente Correa (…), está orientado en ese sentido, la tropa es buena, los oficiales malos, etc.,; tercero, dice el Foro de Sao Paulo que es necesario cambiar la simbología, las tradiciones, el ceremonial, que es propio de una institución armada para lograr su cohesión, lograr su espíritu de cuerpo, lograr su forma actuación en el cumplimiento de su misión que siempre es una misión peligrosa, por consignas socialistas (…); sigamos (...) es necesario dice el Foro ir disminuyendo poco a poco la participación de las FF.AA en los temas de seguridad y defensa, para tener protagonismo del nuevo modelo, de las nuevas consignas, de las nuevas doctrinas (…); el siguiente lineamiento es poner autoridades absolutamente antagónicas a las FF.AA … (Entrevista en Radio Visión 4/03/2016).

Si hay un sector político que valora y reconoce el aporte a nuestra historia y sociedad, que han realizado las FF.AA ecuatorianas, como lo demuestran varios libros escritos por intelectuales de izquierda, es valga la redundancia, la izquierda ecuatoriana.

La “tesis” de que el gobierno del presidente Correa busca destruir las FF.AA es absurda y mentirosa. Los hechos lo demuestran: recordemos que para el año 2006 los dos submarinos de nuestra Armada no podían sumergirse, en Taura volaba solo un avión supersónico, en Manta a lo mucho dos subsónicos, el ejército había perdido capacidad de movilización. Hoy varias de esas vulnerabilidades se han superado, y si bien falta mucho para colocar a nuestras FF.AA 100% operativas y superar urgencias como un buen sistema de defensa aérea, cubrir la enorme brecha que dejaron los gobiernos neoliberales, tomará un tiempo más. A lo anterior hay que añadir, el amplio mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros soldados, conseguido en este gobierno. Fue la derecha política la que abandonó a las FF.AA a pretexto de que se había firmado la paz con el Perú.