lunes, 29 de febrero de 2016

FF.AA en el contexto de un proyecto nacional



Mario Ramos
28/febrero/2016

Cuánto tiempo podría sobrevivir una nación sin alimentos y los productores que las generan ¿una semana, dos? Qué le sucedería a la nación si desaparecieran los médicos durante dos semanas, no hay lugar a duda que devendría una grave crisis de salud pública. Si por arte de magia se esfumaran las FF.AA durante una semana qué ocurriría con la nación, consideramos que los ciudadanos podrían arreglárselas sin FF.AA durante una semana, de la misma manera que si lo mismo ocurriera con la iglesia. Pero si se esfuma la policía durante una semana, la cosa sería más complicada.

Con esto no estamos insinuando que no son necesarias FF.AA, lo son y mucho más en este mundo convulsionado e inestable. Pero si es necesario recordarles que no son columna vertebral de esta nación y ninguna fuerza armada lo es en ningún lado, incluso si esa nación estuviera en guerra, ya que como sucede por ejemplo en Siria, no hay ejército que pueda sostenerse sin el apoyo de su pueblo, y en ese tipo de guerras largas y complejas toda la nación prácticamente se levanta en armas, y todos sus ciudadanos se convierten en soldados porque es necesario reponer a los cientos que mueren.

Las fuerzas armadas en un estado moderno son elemento constitutivo del Poder Nacional y junto a los factores económicos, políticos, sociales y científico – tecnológicos se busca mantener y alcanzar los grandes fines e intereses nacionales. De ninguna manera deben considerarse reserva moral ni columna vertebral, son importantes en la medida que cumplen su rol constitucional dentro de un proyecto nacional. No son autónomas ni existen para sí mismas. Lamentablemente a lo largo de la historia republicana la evolución del Estado nacional ha sido muy discontinuo gracias a la imposición de poderes fácticos y traiciones de todo tipo que han colocado permanentes emboscadas precisamente al desarrollo de ese Estado Nacional.  

Al parecer, los miembros de las FF.AA desconocen detalles importantes de nuestra historia militar, y si reciben historia en sus aulas seguramente la están recibiendo de manera fragmentada. Los dos grandes hitos de la creación del ejército ecuatoriano son la guerra de independencia que fue una guerra anti-imperialista llevada a cabo no por un ejército estrictamente profesional, sino popular, o se olvidan que el Gran Mariscal Antonio José de Sucre se forjó en el mismo campo de batalla, y el otro hito fue la Revolución Liberal, que fue eso, una revolución social y política liderada por otro guerrero no profesional e igualmente internacionalista y anti-imperialista como fue Eloy Alfaro que lideró un ejército popular, la montonera. En Ecuador y en otras partes los grandes hitos militares la forjaron los pueblos alzados en armas, por lo que si alguna columna vertebral existe en una nación, es el pueblo todo.

Fue la democracia griega la que inventó la idea de que un Estado debe estar regido por una constitución y un gobierno elegido por su pueblo, y los griegos creían que esta realidad político-social e institucional, hacía de los soldados un instrumento superior en el combate, porque sencillamente defendían la voluntad mayoritaria de su pueblo, esta noción se materializaba en la palabra libertad. Tras el concepto abstracto de libertad, para los griegos había el principio moral de que son mejores soldados los que luchan por su propia salvación y la de sus familias, y no por aristócratas o sacerdotes. El pueblo griego de esa época era un pueblo en armas.

Con las distancias históricas del caso, las comparaciones no son equivalencias, al igual que sucedió en 1995, al pueblo ecuatoriano en 1942 no se le permitió luchar hasta el fin, cuando estaba completamente dispuesto a hacerlo y esto no fue consecuencia únicamente de una dirigencia política caracterizada por su actitud antipatriótica, sino también por la ausencia de líderes militares dispuestos a perseverar de todas las formas en la defensa de la integridad territorial. Cuánto hubiese cambiado el resultado estratégico de la guerra del Cenepa si en ese momento se contaba con otro tipo de liderazgo político y militar. La historia tiene muchos ejemplos de pueblos que fueron capaces de epopeyas bélicas cuando estuvieron bien conducidos. El éxito militar en el Cenepa fue importante, pero frustrante ya que finalmente se consagró el Protocolo de Río de Janeiro.

Los afanes politiqueros y desestabilizadores de determinados militares en servicio pasivo le están haciendo mucho daño a la institución y lo que están consiguiendo es separarla de su pueblo, atentando seriamente a la defensa nacional ya que como lo señalaba Clausewitz, la defensa requiere de la trilogía gobierno-pueblo-ejército. También es necesario señalar que el gobierno de la Revolución Ciudadana no ha sabido llevar a cabo una Revolución en Asuntos Militares (RAM), entendiendo este concepto de manera amplia y tal como se la conoce en la respectiva teoría especializada. A ello ha contribuido la designación de ministros/as de defensa que poco conocen de esa materia. En este aspecto se ha perdido una gran oportunidad, y la historia ha sido intocada en el sentido de que hasta el momento Eloy Alfaro ha sido el único en llevar a cabo una Revolución en Asuntos Militares en el caso ecuatoriano.

lunes, 15 de febrero de 2016

Nuevo escenario geoestratégico, estamos entrando en una nueva “Guerra Fría”



Mario Ramos
14/febrero/2016

La intervención Rusa solicitada por el gobierno sirio develó sin lugar a dudas que el “Estado Islámico” fue un engendro de Occidente con EE.UU e Israel a la cabeza, para llevar a cabo en el escenario sirio una guerra híbrida utilizando como bandera falsa a “ejércitos libres” compuestos por mercenarios de al menos 80 países.

Hoy esos grupos terroristas armados y financiados por determinadas potencias occidentales y monarquías del Golfo Pérsico, en especial Arabia Saudita, están siendo derrotados, por lo que frente al fracaso de esa inicial estrategia, el servil Erdogan inicia bombardeos a territorio sirio, las monarquías saudita y catarí amenazan con enviar tropas e invadir Siria y se espera también un mayor involucramiento de la OTAN en ese ajedrez caliente. Si persisten y se concretan más acciones ofensivas, se producirá un escalamiento de la guerra siria a la cual se sumarán otros países aumentando el riesgo de un enfrentamiento directo entre EE.UU y Rusia, que indirectamente ya están confrontados, lo que inevitablemente provocará el alineamiento geopolítico de las naciones de la comunidad internacional a favor o en contra de ese juego geoestratégico.

La pregunta clave es ¿por qué Occidente y sus aliados se muestran indiferentes a una escalada imprevisible del conflicto en próximo y medio Oriente? Ensayamos la siguiente respuesta: la derrota de los grupos terroristas en Siria es también la derrota de un concepto estratégico, el de la guerra global e infinita contra el terrorismo que permitió a EE.UU después de la desaparición del cuco comunista y del 11S (cada vez crecen las sospechas que fue un sofisticado auto-atentado con apoyo saudita) justificar e implementar su política imperialista. La guerra siria ha demostrado la falsedad e hipocresía de EE.UU y sus aliados en esa supuesta guerra contra el terrorismo y los ha develado como los innegables auspiciadores tras bastidores del terrorismo, como lo ha sido durante varias décadas sin que esto pueda ser comprendido claramente por el ciudadano común. Si el falso enemigo terrorista ya no permite llevar a cabo una creíble estrategia de confrontación con fines de sostenimiento de lo que le queda de hegemonía imperial, es necesario provocar un cambio de concepto estratégico y crear un nuevo enemigo, uno que permita justificar su enorme gasto militar y su permanente intervencionismo.

China y Rusia habían anunciado que no permitirán que se repita el guion libio en Siria. Ambas naciones están obligadas a frenar la doctrina del “caos constructivo” que busca provocar zonas de inestabilidad, violencia y balcanización para lograr lo que lo romanos promovieron para mantener su imperio, el conocido “divide et impera”. China y Rusia están decididas a defender el actual orden multipolar producto de la evolución geopolítica que inició con la caída del muro de Berlín. Aquí encontramos una primera dificultad para EE.UU ¿cómo fomentar una nueva “Guerra Fría” cuando han surgido nuevas potencias económicas y políticas y existe un complejo reparto del poder mundial? Este es precisamente el problema al que aspira resolver los EE.UU provocando una guerra que obligue al involucramiento de Rusia y China y otras potencias medianas como Irán con la aspiración de debilitarlas, lo que a todas luces es una apuesta riesgosa, pero que se comprende en el marco de la crisis mundial del capitalismo y de frenar su menguante poderío, de otro modo, la tendencia es a la gradual declinación de EE.UU como única súper potencia.

¿Esta situación cómo afecta a la CELAC? Se anuncia que Rusia estaría negociando la instalación de bases militares en Cuba, Venezuela y Nicaragua que tienen el propósito básico de la disuasión frente a la creciente presencia militar pentagoniana en determinados países de la CELAC, y en previsión de que el fracaso de la estrategia desestabilizadora y continua acción erosiva contra los gobiernos nacional-populares o progresistas, haga que el potencial siguiente paso sea provocar conflictos entre países hermanos, como ya se ha intentado hacerlo entre Colombia y Venezuela. El objetivo de EE.UU es recuperar el absoluto control de su “patio trasero” destruyendo el nuevo proceso integrador de Nuestra América, elemento esencial para sostener su hegemonía mundial.

Sin enemigo comunista y sin enemigo terrorista, ¿cómo piensa EE.UU disciplinar geopolíticamente a Nuestra América? Nuestra región ha crecido en estatura estratégica y los nuevos procesos de integración tienen un buen nivel de consolidación. Como se ha señalado, eso es lo que se intenta demoler, pero tenemos la confianza que la experiencia histórica, la madurez geopolítica alcanzada y el reconocimiento de que tenemos intereses comunes que defender, nos permitirá sortear todas las presiones y emboscadas para seguir construyendo nuestro autónomo destino por fuera de juegos geoestratégicos hegemónicos y violentos. EE.UU ha entrado en una fase de peligrosa irracionalidad y al parecer no dilucida que hoy existen variables geopolíticas cualitativamente distintas al escenario de la primera “Guerra Fría”.