Mario Ramos
28/febrero/2016
Cuánto tiempo podría
sobrevivir una nación sin alimentos y los productores que las generan ¿una
semana, dos? Qué le sucedería a la nación si desaparecieran los médicos durante
dos semanas, no hay lugar a duda que devendría una grave crisis de salud
pública. Si por arte de magia se esfumaran las FF.AA durante una semana qué
ocurriría con la nación, consideramos que los ciudadanos podrían arreglárselas
sin FF.AA durante una semana, de la misma manera que si lo mismo ocurriera con
la iglesia. Pero si se esfuma la policía durante una semana, la cosa sería más
complicada.
Con esto no estamos
insinuando que no son necesarias FF.AA, lo son y mucho más en este mundo
convulsionado e inestable. Pero si es necesario recordarles que no son columna
vertebral de esta nación y ninguna fuerza armada lo es en ningún lado, incluso si
esa nación estuviera en guerra, ya que como sucede por ejemplo en Siria, no hay
ejército que pueda sostenerse sin el apoyo de su pueblo, y en ese tipo de
guerras largas y complejas toda la nación prácticamente se levanta en armas, y
todos sus ciudadanos se convierten en soldados porque es necesario reponer a
los cientos que mueren.
Las fuerzas armadas en un
estado moderno son elemento constitutivo del Poder Nacional y junto a los
factores económicos, políticos, sociales y científico – tecnológicos se busca
mantener y alcanzar los grandes fines e intereses nacionales. De ninguna manera
deben considerarse reserva moral ni columna vertebral, son importantes en la
medida que cumplen su rol constitucional dentro de un proyecto nacional. No son
autónomas ni existen para sí mismas. Lamentablemente a lo largo de la historia
republicana la evolución del Estado nacional ha sido muy discontinuo gracias a
la imposición de poderes fácticos y traiciones de todo tipo que han colocado
permanentes emboscadas precisamente al desarrollo de ese Estado Nacional.
Al parecer, los miembros
de las FF.AA desconocen detalles importantes de nuestra historia militar, y si
reciben historia en sus aulas seguramente la están recibiendo de manera
fragmentada. Los dos grandes hitos de la creación del ejército ecuatoriano son
la guerra de independencia que fue una guerra anti-imperialista llevada a cabo
no por un ejército estrictamente profesional, sino popular, o se olvidan que el
Gran Mariscal Antonio José de Sucre se forjó en el mismo campo de batalla, y el
otro hito fue la Revolución Liberal, que fue eso, una revolución social y
política liderada por otro guerrero no profesional e igualmente
internacionalista y anti-imperialista como fue Eloy Alfaro que lideró un
ejército popular, la montonera. En Ecuador y en otras partes los grandes hitos
militares la forjaron los pueblos alzados en armas, por lo que si alguna
columna vertebral existe en una nación, es el pueblo todo.
Fue la democracia griega la que inventó la idea de que un Estado debe
estar regido por una constitución y un gobierno elegido por su pueblo, y los
griegos creían que esta realidad político-social e institucional, hacía de los
soldados un instrumento superior en el combate, porque sencillamente defendían
la voluntad mayoritaria de su pueblo, esta noción se materializaba en la
palabra libertad. Tras el concepto abstracto de libertad, para los griegos
había el principio moral de que son mejores soldados los que luchan por su
propia salvación y la de sus familias, y no por aristócratas o sacerdotes. El
pueblo griego de esa época era un pueblo en armas.
Con las distancias históricas del caso, las comparaciones no son
equivalencias, al igual que sucedió en 1995, al pueblo ecuatoriano en 1942 no
se le permitió luchar hasta el fin, cuando estaba completamente dispuesto a
hacerlo y esto no fue consecuencia únicamente de una dirigencia política caracterizada
por su actitud antipatriótica, sino también por la ausencia de líderes
militares dispuestos a perseverar de todas las formas en la defensa de la
integridad territorial. Cuánto hubiese cambiado el resultado estratégico de la
guerra del Cenepa si en ese momento se contaba con otro tipo de liderazgo político
y militar. La historia tiene muchos ejemplos de pueblos que fueron capaces de
epopeyas bélicas cuando estuvieron bien conducidos. El éxito militar en el
Cenepa fue importante, pero frustrante ya que finalmente se consagró el
Protocolo de Río de Janeiro.
Los afanes politiqueros y desestabilizadores de determinados militares
en servicio pasivo le están haciendo mucho daño a la institución y lo que están
consiguiendo es separarla de su pueblo, atentando seriamente a la defensa
nacional ya que como lo señalaba Clausewitz, la defensa requiere de la trilogía
gobierno-pueblo-ejército. También es necesario señalar que el gobierno de la
Revolución Ciudadana no ha sabido llevar a cabo una Revolución en Asuntos
Militares (RAM), entendiendo este concepto de manera amplia y tal como se la
conoce en la respectiva teoría especializada. A ello ha contribuido la
designación de ministros/as de defensa que poco conocen de esa materia. En este
aspecto se ha perdido una gran oportunidad, y la historia ha sido intocada en
el sentido de que hasta el momento Eloy Alfaro ha sido el único en llevar a
cabo una Revolución en Asuntos Militares en el caso ecuatoriano.