Mario Ramos
15/enero/2015
El 15 de enero de este año la periodista
Renée Postma de NCR Handelsblad de Países Bajos, entrevistó al Ing. Ben
van Beurden, Presidente Director General de la Junta Directiva de Shell. Aquí
simplemente transmitimos lo esencial de esa entrevista, por la importancia y
preocupación que el precio del petróleo genera en países productores como
Ecuador. Adicionalmente insertaremos cortos comentarios.
A pesar de la caída de los precios del
petróleo, Van Beurden no tiene ninguna duda acerca de la compra de la empresa
inglesa BG Group por 50 mil millones de euros. Compra que se anunció en abril
de 2015 y se ve como un acto de audacia en el actual contexto, mucho más cuando
el precio de las acciones de Shell han bajado a más del 30%. El 27 y 28 de
enero próximo (2016) los accionistas de las dos empresas tomaran la decisión
final.
La pregunta obvia es cuál será el precio
del petróleo que va a generar valor agregado durante la vida de la transacción.
Van Beurden responde que el precio no será el de hoy ni del mañana, y calcula
que en los próximos 30 años el precio del petróleo estará en un promedio de 60
dólares por barril; vista así la cosa, los accionistas tendrán su valor agregado.
Un presidente de una empresa como Shell no puede estar mal informado, por tanto
Van Beurden no duda que el trato le permitirá ganar una mejor posición en el
mercado.
Con BG, responde Van Beurden, es más
fácil responder en el corto plazo a las obligaciones financieras de Shell. Por
otro lado, con BG se logra mejores condiciones geológicas para el negocio, ya
que tiene excelentes posiciones petroleras en aguas profundas, lo que permitirá
fortalecer nuestro mercado con una participación más grande en la producción y
venta de gas licuado y bajar costos, añade. Van Beurden indica que el mercado
petrolero crece de 1 a 1,5% por año, pero el mercado del gas crece más
rápidamente.
Van Beurden, y esto es una apreciación a
considerar, dice que el mercado petrolero transita a un modelo no OPEP, vamos
hacia un mercado más caótico con todas las fluctuaciones correspondientes. Pero
demanda, oferta y costos, no van a variar significativamente. Y lo más
importante la geología no cambia.
Las estimaciones de Van Beurden nos
provoca las siguientes preguntas: ¿cuáles son las ventajas de pertenecer a una
organización como la OPEP que no es capaz de estabilizar los precios, y en
donde priman al parecer diversos y contradictorios intereses geopolíticos? ¿Qué
información, qué inteligencia económica real y efectiva para la toma de
decisiones nos brinda la OPEP? ¿Es posible en el actual escenario internacional
construir una política exterior petrolera en el marco de la UNASUR para influir
en el mercado de mejor manera?
Si Shell piensa llevar a cabo una
transacción de las dimensiones anunciadas, quiere decir que el negocio
petrolero no deja de ser atractivo. Ecuador necesita desarrollar su
inteligencia económica, no solo porque buenos y oportunos análisis permiten
implementar mejores decisiones y estrategias, sino también como herramienta
fundamental para proyectar de mejor manera el cambio de la matriz productiva.
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