jueves, 16 de abril de 2015

El Efecto Streisand y la No Batalla

Mario Ramos
14 de abril del 2015




Exordio

Los revolucionarios exitosos fueron al mismo tiempo pragmáticos y radicales. Hay quienes interpretan o creen que el pragmatismo es una especie de astucia cínica, pero no es así, son cosas diferentes. El pragmatismo tiene que ver con el olfato táctico estratégico que suelen tener los líderes o los colectivos revolucionarios para saber qué pasos dar en un momento o escenario concreto para avanzar en sus objetivos o programa, pero sin perder nunca el sentido o la orientación que debe mantener el proceso para evitar su desvío o pérdida de dinamismo.

Para emprender una política revolucionaria se tiene que reconocer y comprender el tablero completo (no solo un aspecto o tema) en el cual se tiene que jugar. Si algo caracteriza a la izquierda estéril es justamente eso, quieren transformar el mundo sin ver cómo está configurado realmente, de ahí su poca efectividad e incompetencia estratégica. No saben cómo crear situaciones favorables frente a un opositor o enemigo. No entienden de heterodoxia y flexibilidad. Su mirada suele ser la del juego simple de lo dual y convencional.

En la lógica formal una contradicción puede ser una derrota, pero en la lógica dialéctica la contradicción puede convertirse en victoria. El viejo dilema de ‘dos pasos adelante y uno atrás’. El cambio supone movimiento. El movimiento implica fricción. Solo en el vacío de un mundo abstracto no existe fricción.

El revolucionario pragmático y radical no dice: ‘El fin justifica los medios’. No, él se pregunta: ¿Este fin en concreto justifica qué medios? El fin es lo que quieres, los medios, cómo lo consigues. A los medios únicamente les pide que funcionen. Gandhi uso la ‘no violencia’ para lograr la independencia del Imperio Británico, no porque era un ángel, sino porque era el único medio viable y efectivo en la realidad de la India de su tiempo y respondía a la psicología de su pueblo. Para quienes desconocen la vida de Gandhi, les recordamos que en Sur África Gandhi era un gran alborotador. La interpretación de la historia está impregnada de los resultados, el éxito o el fracaso son los que marcan la diferencia entre un traidor y un héroe. Gandhi no hizo más que examinar los medios que disponía para lograr la independencia de la India. Si Gandhi hubiese nacido en Vietnam seguramente no empleaba la resistencia pasiva para expulsar a los invasores estadounidenses de su patria. Entre paréntesis recordemos, que la variable tiempo (un medio a favor frente a la primera potencia militar) fue empleada de manera magistral por los estrategas vietnamitas.

 


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