Mario Ramos
22 de septiembre de 2015
Frei Betto nos ha recordado que solo dos países de
América Latina: Cuba y Brasil, han recibido la visita de los tres últimos
Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. El autor de ‘Fidel y la
religión’ (1985), que estuvo de visita en La Habana, ha señalado que la
“Revolución [en Cuba] no se hizo contra la Iglesia o contra la religión”. El
teólogo brasileño ha destacado que la Revolución Cubana ha enseñado valores
evangélicos, que son los mismos valores humanos, es decir, no hay valores
humanos para revolucionarios y otros valores para religiosos.
Prueba de que Francisco es un estratega, es su visita
no fortuita a Cuba y EE.UU, recordemos que Francisco fue el facilitador del
acercamiento entre esos dos países. Tampoco es casual que Francisco se
convierta en el primer Papa que disertará en la Asamblea General de la ONU, en
la simbólica fecha de su aniversario 70. Aquí se espera que Francisco apoye la
decisión del presidente Obama de poner fin al bloqueo contra Cuba, y existe la
expectativa de que por primera vez, cambie la postura del gobierno de EE.UU,
cuando llegue el momento de votar en la Asamblea General, sobre el mencionado
bloqueo, al menos absteniéndose.
También el presidente Raúl Castro asistirá a la ONU,
y lo hará después de más de 50 años de no pisar suelo estadounidense.
Francisco nos está diciendo que para cambiar el mundo
hay que convertirse en actor geoestratégico, por ello es interesante que por
primera vez se vaya a izar la bandera del Vaticano en la ONU, como Estado
observador no miembro; si se quiere influir hay que estar, en donde se puede
hacerlo.
En este marco, no es de sorprenderse que los
extremistas cubanoamericanos hayan calificado de
‘personas no gratas’ a Francisco y al Cardenal cubano Jaime Ortega, y se
encuentren molestos, porque simplemente serán ignorados por Francisco en su
visita a EE.UU. Esas manifestaciones son una muestra de que el proceso de
recomposición de las relaciones cuenta con opositores fuertes, que son la
extrema derecha y sus aliados en el Congreso estadounidense.
En última instancia, la normalización de las
relaciones con EE.UU es el resultado de la posición firme de Cuba, que obligó a
EE.UU a cambiar su política y a reconocer su fracaso, además de su necesidad de
crear un mejor ambiente para sus relaciones con Nuestra América. El gobierno
cubano ha conducido ese proceso con inteligencia y sentido práctico.
Estamos esperanzados de que la presencia de Francisco
en EE.UU contribuya a poner fin al bloqueo. Por otro lado, EE.UU debe ir
tomando conciencia que debe devolver la base naval de Guantánamo que empaña su
imagen de país con un Estado de derecho, e indemnizar al pueblo cubano por los
costos materiales y humanos del bloqueo.
Cuba nunca se ha cerrado a las posibilidades de
inversión y comercio, el obstáculo ha sido el bloqueo. En la medida que el
bloqueo se desmonte estas posibilidades podrán concretarse.
Para terminar, debemos destacar el aporte de Cuba a
la integración de la Patria Grande y la solidaridad internacional, además de su
contribución a la búsqueda de soluciones negociadas a los conflictos, como es
el caso de facilitar su territorio para
los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario