miércoles, 23 de septiembre de 2015

La carambola geoestratégica del Papa Francisco



Mario Ramos
22 de septiembre de 2015

Frei Betto nos ha recordado que solo dos países de América Latina: Cuba y Brasil, han recibido la visita de los tres últimos Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. El autor de ‘Fidel y la religión’ (1985), que estuvo de visita en La Habana, ha señalado que la “Revolución [en Cuba] no se hizo contra la Iglesia o contra la religión”. El teólogo brasileño ha destacado que la Revolución Cubana ha enseñado valores evangélicos, que son los mismos valores humanos, es decir, no hay valores humanos para revolucionarios y otros valores para religiosos.

Prueba de que Francisco es un estratega, es su visita no fortuita a Cuba y EE.UU, recordemos que Francisco fue el facilitador del acercamiento entre esos dos países. Tampoco es casual que Francisco se convierta en el primer Papa que disertará en la Asamblea General de la ONU, en la simbólica fecha de su aniversario 70. Aquí se espera que Francisco apoye la decisión del presidente Obama de poner fin al bloqueo contra Cuba, y existe la expectativa de que por primera vez, cambie la postura del gobierno de EE.UU, cuando llegue el momento de votar en la Asamblea General, sobre el mencionado bloqueo, al menos absteniéndose.

También el presidente Raúl Castro asistirá a la ONU, y lo hará después de más de 50 años de no pisar suelo estadounidense.

Francisco nos está diciendo que para cambiar el mundo hay que convertirse en actor geoestratégico, por ello es interesante que por primera vez se vaya a izar la bandera del Vaticano en la ONU, como Estado observador no miembro; si se quiere influir hay que estar, en donde se puede hacerlo.

En este marco, no es de sorprenderse que los extremistas cubanoamericanos hayan calificado de ‘personas no gratas’ a Francisco y al Cardenal cubano Jaime Ortega, y se encuentren molestos, porque simplemente serán ignorados por Francisco en su visita a EE.UU. Esas manifestaciones son una muestra de que el proceso de recomposición de las relaciones cuenta con opositores fuertes, que son la extrema derecha y sus aliados en el Congreso estadounidense.

En última instancia, la normalización de las relaciones con EE.UU es el resultado de la posición firme de Cuba, que obligó a EE.UU a cambiar su política y a reconocer su fracaso, además de su necesidad de crear un mejor ambiente para sus relaciones con Nuestra América. El gobierno cubano ha conducido ese proceso con inteligencia y sentido práctico.

Estamos esperanzados de que la presencia de Francisco en EE.UU contribuya a poner fin al bloqueo. Por otro lado, EE.UU debe ir tomando conciencia que debe devolver la base naval de Guantánamo que empaña su imagen de país con un Estado de derecho, e indemnizar al pueblo cubano por los costos materiales y humanos del bloqueo.

Cuba nunca se ha cerrado a las posibilidades de inversión y comercio, el obstáculo ha sido el bloqueo. En la medida que el bloqueo se desmonte estas posibilidades podrán concretarse.

Para terminar, debemos destacar el aporte de Cuba a la integración de la Patria Grande y la solidaridad internacional, además de su contribución a la búsqueda de soluciones negociadas a los conflictos, como es el caso de facilitar su territorio  para los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC.






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