Mario Ramos
14 de noviembre de 2015
En un análisis
que titulamos ‘Patria para siempre’ que apareció el 18 de febrero de 2013, es
decir, al día siguiente de la victoria en primera vuelta del presidente Correa,
señalamos que ese triunfo plantea (en resumen) dos escenarios en el 2017: a) De
acuerdo a la vigente norma constitucional, el presidente Correa termina su
mandato y se escoge una persona que cumpla las condiciones que permitan dar
continuidad a la Revolución Ciudadana; y, b) Se impulsa un cambio en la norma
constitucional que permita la reelección continua de los presidentes de la
República y otras autoridades de elección popular, tal como sucede en otras
democracias occidentales.
Como es
nuestra costumbre, ese análisis lo lanzamos al ciberespacio y lo gracioso fue
que el mismo día en que triunfaba el presidente Correa, los periodistas (especialmente
de la oposición) le preguntaban si pensaba postularse para la reelección en el
2017.
De ahí arranca
el juego; en términos básicamente mediáticos, la elección del 2017 se adelantó,
ya que se volvió una obsesión de los actores políticos de oposición (al frente
los medios de comunicación opositores) contener la posibilidad de que el
presidente Correa se reelija. Esa
obsesión en que cayó la oposición, se manifestó en muchas de sus acciones y profundizó
su condición desestabilizadora. Pero fundamentalmente, cuando el gobierno
impulsa las enmiendas constitucionales, su ‘estrategia’ se circunscribe a
enfrentar la enmienda que posibilita la reelección de las autoridades de
elección popular, léase, impedir que el presidente Correa conste en la papeleta
de las elecciones del año 2017.
La
derecha y una autodefinida ‘izquierda’ que a partir del 2013 completo su
proceso de confundirse y coaligarse con la restauración neoliberal, volviéndose
una vez más, funcional a lo más retrogrado que tiene la política nacional;
quedo frustrada en sus intentos de llevar a cabo paros o levantamientos
nacionales, todo en la línea de lo anteriormente expuesto. Lo gracioso es que se
sigue anunciando un nuevo levantamiento para impedir la aprobación de las
enmiendas; se habla en plural, pero la preocupación es una enmienda singular,
la que todos sabemos.
Creemos
que en el Enlace Ciudadano del 14 de noviembre, prácticamente se confirmó que
el presidente Correa no se postularía para la elección presidencial del 2017.
Esto, deja a la oposición completamente dislocada, sin discurso (aunque más
adelante como sucede con Macri en Argentina, se volverán más izquierdistas que Álvaro
Noboa, patético) y sin estrategia, es decir, en situación desastrosa.
Sería
interesante que las encuestadoras no solo se preocupen por medir la
credibilidad del presidente de la República, sino también la de la oposición y
la de determinados actores políticos de esa oposición. Sospechamos que la
evolución del escenario político ha hecho que la credibilidad de la oposición
quede más abajo de las estimaciones. Como dijo el Maestro Sun: “Sé digno de
confianza de una forma habitual”, y la oposición desestabilizadora y
neoliberal, no es digna de confianza y mucho menos de forma habitual.
La jugada
estratégica se vuelve más interesante cuando la probable transitoria impida que
potenciales candidatos lo sean en el 2017 si han ejercido cargos de elección
popular por más de dos períodos, lo cual deja fuera de juego a ciertos
‘cuadros’ de la restauración conservadora. Esa transitoria sería mucho más
interesante aún, si se le amplía en el mismo sentido para los potenciales
candidatos de las subsiguientes elecciones seccionales.
El
presidente Correa luce nuevamente su gran liderazgo, su decisión permite
proyectar el proceso de la Revolución Ciudadana en términos estratégicos, más
allá del año 2017 y más, y lo libera de peligrosas dependencias individuales,
creando hegemonía.
De ahora
en adelante seguirá el juego táctico-estratégico, pero en el arte de la
estrategia el Camino está en conocimiento de unos pocos, y como en todo juego, siempre
hay la posibilidad de que alguien se equivoque.
En el
campo de la Revolución Ciudadana, la elección del candidato de Alianza PAIS es
crucial, lo lógico es escoger un perfil que permita no solo darle continuidad
al proceso, sino profundizarlo, las medias tintas están acabando con procesos
como el argentino o brasileño.
Muy oportuno el final, es crucial "escoger un perfil [un/a candidato/a] que permita no solo darle continuidad al proceso, sino [sobre todo] profundizarlo", para hacerlo creíble al proceso de cambios, sino sólo parecería que están detrás del poder por el poder, sin poner delante el para qué, el objetivo final, que es que haya cambios fuertes en la estructura social, económica y política, en orden a eliminar la pobreza, la injusticia y la inequidad. Túpac
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